INTRODUCCIÓN A LA ECONOMIA DEL CONOCIMIENTO

Las sociedades, desde las más primitivas hasta las más avanzadas, han sido sociedades que requieren del conocimiento; sin embargo, hablar de sociedades, es hablar de distintas sociedades, lo que alude a un carácter diverso. Esta diversidad social ha evolucionado esencial e históricamente a partir del conocimiento; por tanto, el conocimiento ha sido consecuencia y a diversificado a esas sociedades donde lo fundamental en este momento de la brecha digital - referida a la gran distancia que existe entre el desarrollo tecnológico de la sociedad de la información – es su impacto en la gran brecha cognitiva que existe entre quienes forman las sociedades del conocimiento.

¿Pero qué tiene que ver la brecha digital con la brecha cognitiva? ¿y qué relación económica existe entre la sociedad de la información y las redes digitales?. Si partimos de estas hipótesis planteadas como interrogantes científicas se puede intentar caracterizarlas teóricamente desde un enfoque económico.

La economía es la ciencia que estudia la manera en que las sociedades utilizan los recursos escasos para producir mercancías y distribuirlas eficientemente entre los diferentes individuos.

Si la economía es un fenómeno fluctuante, por cuanto flujo causal de la sociedad tiene que poseer particularidades de la “polis” como efecto de economía política, en consecuencia es necesario explicar las leyes económicas que explican esa realidad económica; pero también de la política económica, por cuanto es necesario asimismo aplicar las leyes económicas para el logro de sus objetivos; ambas, con base en los recursos y su distribución eficiente.

Explicarlas por tanto tiene que ver con la comprensión inicial entre la información como recurso de la sociedad y, la sociedad enredada digitalmente como producto; esto implícitamente y en el momento actual alude a la socioconstrucción de las necesarias redes sociales.

La noción de sociedad de la información está basada en el desarrollo y progreso tecnológico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación; mientras que sociedad del conocimiento  alude “a dimensiones sociales, éticas y políticas mucho más vastas”.

La información disponible y la velocidad de transmisión hacen que los valores, la creatividad y la innovación adquieran una gran importancia; donde mayor información no necesariamente significa mayor conocimiento, ya que éste requiere no solamente de información fresca (actualizada), sino también que esta información agregue valor al conocimiento transformándolo, en economía del conocimiento; lo que requiere desarrollar un espíritu crítico hacia la información y las habilidades necesarias expresadas como “capacidades cognitivas suficientes para diferenciar la información útil de la que no lo es”.

La información es simplemente la materia prima, el recurso o insumo que requiere de reflexión para transformarse en conocimiento; el dominio de competencias cognitivas, críticas y teóricas es el objeto de las sociedades del conocimiento. Este proceso no consiste simplemente en transformar la información en conocimiento; sino en conferirle a ese conocimiento una dimensión operacional que facilite su tratamiento y lo vuela “más operacional” al producir la información más conocimiento reduciendo el “no – conocimiento” e informacionalizandolo; básicamente consiste en acondicionar el conocimiento.

Una economía del conocimiento se define como aquella que “estimula a sus organizaciones y personas a adquirir, crear, diseminar y utilizar el conocimiento de modo más efectivo para un mayor desarrollo económico y social. La economía del conocimiento se caracteriza básicamente por tres rasgos interrelacionados: es una economía centrada en el conocimiento y en la información como fundamento de la productividad y competitividad; es una economía articulada globalmente; y es una economía que funciona en redes, tanto entre empresas como entre ciudades relacionadas”.

Una sociedad en redes es no solamente una sociedad capaz de producir información; sino también una “sociedad de la clasificación” que (a través de las tecnologías como herramientas de comunicación) socioconstruye competencias cognitivas desarrolladas en la actividad inmediata, bidireccional y recíproca entre usuarios (individuos), creando con toda autonomía comunidades virtuales en ambientes reales.

La transformación del ambiente de aprendizaje de esta manera está en permanente expansión como espacio virtual de dimensión tan amplia como la posibilidad de accesibilidad a distancia donde la gestión y los soportes digitales multiplican el acceso a los conocimientos, construyendo permanentemente las bases diferentes a las de una economía clásica; en consecuencia, ya no es posible considerar el acto cognitivo como un acto psicológico individual basado en las teorías clásicas del conocimiento, sino en un proceso socialmente complejo de “cognición distribuida”.

Sin embargo, también es importante pensar ante la enorme producción de información de los diferentes intereses culturales que ésta estará disponible sin restricciones para los jóvenes que representan la mayor cantidad de usuarios de toda la información disponible en el ciberespacio, por lo que es importante reconocer que ante ésta realidad no solamente son los más desprotegidos sino también los más influenciables por los contenidos perniciosos o indeseados que inevitablemente accesarán; por lo que con la finalidad de disminuir su vulnerabilidad requieren de una continua atención y formación adecuada para comprender con amplitud la importancia del respeto a la libertad de expresión, pero también de los riesgos y desventajas de la libre circulación de la información y los contenidos del ciberespacio , pues no puede haber sociedades del conocimiento sin sociedades del aprendizaje.

Por lo que no solamente deberíamos estar pensando en las sociedades de la información y del conocimiento, sino también en las necesarias redes sociales que lo hagan posible; un conjunto de redes de individuos sin límites geográficos pero con intereses comunes que permitan comprender y divulgar que la velocidad de conexión entre usuarios de la red y los fines propicien el acceso a información privilegiada por el tiempo y a la vez el conocimiento como objetivo de investigación y desarrollo; pues países como China, Israel, Japón, la Unión Europea, Austria, Alemania y Reino Unido destinan a este rubro de su Producto Interno Bruto (PIB) el 1.2, 4.7, 2.3, 1.1, 2.5, 3.0 y 2.5 % respectivamente, mientras que México destina solamente el 0.4 % desde hace más de 20 años, lo que promueve un nuevo sector productivo, sobre el de servicios el del “sector conocimiento” y, al mismo tiempo, comprende el carácter de sinergismo social de la información y la comunicación sobre el conjunto de la actividad económica.

“la noción de innovación técnica en la economía global del conocimiento y que parece haber adquirido la categoría de nuevo valor, tal como lo atestigua su difusión en múltiples ámbitos (educativo, político, mediático y cultural). Los conocimientos, las técnicas y las instituciones corren cada vez más el riesgo de que se los tache de obsoletos. Actualmente la propia cultura se construye basándose más en el modelo de la creatividad y la renovación que en el modelo de la permanencia y la reproducción”.

Por tanto, la economía del conocimiento requiere más que de modelos educativos (donde la educación se ha convertido en un proceso de dinámica global), un nuevo modelo concurrente desde el servicio del estado hacia el servicio de la sociedad que permita, permear de la modelación memorística y reproductiva, hacia modelos de creatividad y renovación de la información, que además aporte un valor agregado en lo educativo, político, mediático y esencialmente en lo cultural, a partir del desarrollo de las necesarias redes sociales; cualquier otra cosa o hecho de otra forma, dentro de una gran cantidad de elementos multivariados, solo permitirá  enriquecer la obsolescencia.

DESARROLLO

Es importante precisar antes de continuar con este análisis que la macroeconomía es “el estudio de la economía en su conjunto. Examina el nivel global de producción, empleo y precios de un país. En cambio la microeconomía es el estudio de precios, cantidades y mercados específicos” (Samuelson & Nordhaus, 1998, p. 64).

La microeconomía trata de averiguar si estudiar en la universidad es utilizar bien el tiempo, mientras que la macroeconomía examina la tasa de desempleo de de los adultos jóvenes; la microeconomía estudia porqué se importan automóviles, la macroeconomía analiza las tendencias globales de las importaciones y las exportaciones; pero fundamentalmente, la macroeconomía está íntimamente unida a la política como política macroeconómica e intenta responder a múltiples interrogantes, pero esencialmente a las interrogantes de: ¿Cómo puede aumentar un país su tasa de crecimiento económico que en lo micro se exprese en trabajo, salario y calidad de vida?¿Qué papel desempeña la inversión en capital físico, en investigación y desarrollo y en capital humano? (Samuelson & Nordhaus, 1998, p. 65).

Es indudable que la relación crecimiento económico e investigación y desarrollo son las variables esenciales para el desarrollo informacional y tecnológico expresado como recursos aditivo que incide en el desarrollo cognitivo socialmente expreado como valor humano.

Podríamos iniciar el sentido explicativo con respuestas conocidas como: ¿cuáles son las variables que determinan el éxito de una economía?; y ¿con qué instrumentos de la política económica se pueden alcanzar esos objetivos?; las variables clave son el Producto Interno Bruto (PIB), la tasa de desempleo y la inflación.

El PIB, mide el valor de mercado de todos los bienes y servicios que produce un país durante un año; una economía avanzada muestra un crecimiento continuo a largo plazo y se expresa en el nivel de vida de la sociedad como crecimiento económico.

La tasa de desempleo varía con los ciclos económicos y corresponde al porcentaje de la población activa que está desempleada.

Y la inflación está referida a, la tasa de crecimiento o decremento del nivel de precios de un año a otro.

Finalmente, la política macroeconómica pretende básicamente elevar el nivel del producción nacional (PIB); elevar el nivel del empleo y un nivel de precios estable, así como determinar los precios y salarios por medio de la oferta y la demanda de los mercados.

Por tanto cabe preguntarnos: ¿Si la política macroeconómica es dependiente del gobierno, con qué instrumentos cuenta el gobierno para influir en la política macroeconómica?; la respuesta es básica, son la política fiscal a través de los impuestos, el gasto público que consume el PIB colectivamente, solo que estos impuestos reducen los ingresos de los individuos, y a menos ingreso, la microeconomía expresada como economía doméstica o familiar tiende a reducir lo que se gasta en bienes y servicios, pero también la posibilidad de ahorro; lo que termina en consecuencia reduciendo el PIB efectivo. Un segundo instrumento es la política monetaria y finalmente, la políticas de ingresos. Ambas son dependientes de la política fiscal, pues sus formas de equilibrio pueden estar desde la restricción de los créditos internos, hasta la toma de medidas para reducir la producción y elevar el desempleo.

Sin embargo, el análisis de la implicitud exige comprender que economía, es referida a riqueza; y política, al poder; de lo que podemos concluir con base a Paul Kennedy, historiador de la universidad de Yale que, “la riqueza y el poder son relativos”… y que “los avances económicos y tecnológicos”… “muestran que la tecnología altera la suerte económica y política de los países de forma distinta e impredecible” (Samuelson & Nordhaus, 1998, p. 533) .

De lo anterior se deduce que para lograr un avance económico es importante el componente tecnológico de tal manera que la suerte relativa se vuelva un futuro relativamente controlado.

Pero el componente tecnológico debe estar al mismo tiempo vinculado estrechamente con la actividad productiva y competida; es decir, con la productividad y la competitividad; la primera referida a la medición de la producción por unidad de factor y que depende de los precios relativos de los productos; y la segunda, al grado en que los bienes de un país pueden competir en un mercado global.

Lo que inmediatamente nos lleva al concepto de globalización que solo consiste en, la exposición a la competencia con el líder mundial de una determinada industria, a través de sus servicios o producto.

De tal manera que globalización no es simplemente comprender el concepto, ni siquiera competir contra el mundo, sino competir y producir contra el mejor del mundo. Por ello, la evolución de la productividad está íntimamente relacionada con el grado de globalización, donde, para conseguir una alta productividad y en consecuencia un alto nivel de vida es necesario, abrir los mercados al comercio, el capital y las ideas de los países más avanzados a partir una feroz competencia con las compañías de mayor desarrollo tecnológico.

La globalización y con ella el desarrollo tecnológico conlleva dos principales consecuencias económicas; la aparición de un nuevo sector productivo y los efectos de los sistemas de información y la comunicación sobre la actividad económica, donde ciencia, tecnología e innovación juegan un papel central en las políticas de desarrollo; donde desarrollo es dependiente de cualidades cognitivas y este consecuencia de la emergencia del sector conocimiento.

Paralelamente, la generación de conocimientos requiere del potencial aplicado de desarrollo humano, pues no puede existir economía del conocimiento si no existen las condiciones para que los miembros todos de una sociedad tengan acceso a la información y cuenten con las capacidades necesarias para utilizarla.

La innovación se ha considerado la piedra angular de la competitividad y equivale a propiciar la rápida difusión de ideas a una determinada sociedad en su conjunto como proceso de “destrucción creadora” . Las metas actuales requieren demarcar las trayectorias colectivas que nos permitan ocupar un lugar digno en la nueva sociedad del conocimiento.

Para la gestión del conocimiento, el mundo de la nueva economía es producto de tres variables: velocidad, conectividad e intangibles. La velocidad demuestra la capacidad productiva de la sociedad y el papel increíblemente importante de la información que al mismo tiempo permita incrementar la productividad. En condiciones de información completa, la productividad es máxima. La conectividad como oferta y demanda: Como demanda es necesario que los bienes y servicios puedan ser consultados, adquiridos o consumidos en línea; como oferta, facilita y exige la reorganización de los negocios cuyos costos de reproducción y distribución son prácticamente cero. Y la intangibilidad donde la división entre bienes y servicios tiene menos sentido (Molina & Montserrat, 2002).

El conocimiento es la nueva materia prima de la creación de valor, donde compartir el conocimiento no significa perderlo. Además, el valor de un bien digital es directamente proporcional al tiempo necesario para utilizarlo (Elroy, 2003).

En la economía del conocimiento, la paradoja del valor consiste en que es necesario gestionar dos entornos: El tecnológico, que permite formalizar, identificar y distribuir el conocimiento formalizado; y el social, que permita el desarrollo de los procesos que solamente se dan en entornos de confianza.

Dado que los procesos sociales tiene un flujo recíproco tendiente al equilibrio, quien no comparta en el futuro, por tanto, no será competitivo. El dilema no está en compartir o no compartir, que no admite discusión, sino en que compartir (Molina & Montserrat, 2002).

El sector conocimiento se convierte en la nueva premisa para el desarrollo en la nueva economía (Más & Fernández, 2002), por encima de los factores tradicionales. Este no es un hecho atribuible a la postmodernidad; sino que ha sido desde la percepción de Peter Druker al surgir el concepto de Revolución de la productividad “por primera vez se estaría aplicando conocimiento al conocimiento para obtener una clase superior o más avanzada de conocimiento” y es lo que él denomina Sociedad del conocimiento.

A finales del siglo XIX Alfred Marshall afirmó que “el conocimiento es nuestro más poderoso factor de producción”  y Friederich Von Hayek en 1945 en su artículo “The use of knowledge in society” declara que “el sistema económico más eficiente sería aquel que hiciese un uso más pleno del conocimiento existente” ; mientras que Robert Lane en 1966 según afirma Daniel Bell en su obra “El advenimiento de una sociedad postindustrial”, propone la idea de una sociedad del conocimiento y explica que “las fuentes de innovación derivan cada vez más de la investigación y el desarrollo”.

El Banco Mundial en 1999 aborda por primera vez esta problemática como eje central y expone que “El conocimiento es imprescindible para el desarrollo. Y … si queremos elevar nuestro nivel de vida… no podemos conformarnos con trasformar los recursos de que disponemos, pues estos son escasos. Debemos utilizarlos en forma tal que nuestros esfuerzos e inversiones resulten cada vez más productivos. Para ello se requieren conocimientos”.

Es obvio que el proceso de globalización ha desarrollado una profunda revolución técnico científica cuyo fenómeno se conoce como de industrialización de la ciencia unida a desarrollos como el procesamiento de grandes cantidades de información, ingeniería genética, biotecnología y el surgimiento e introducción de nuevos materiales que caracterizan este nuevo paradigma. Pero al mismo tiempo el estado ha proyectado un cierto número de instituciones de investigación científica al margen de las instituciones del sistema universitario orientadas hacia la generación de conocimientos para la empresa, sin que la empresa tenga que pagar por ello, en complejos industriales de alta tecnología, ciudades de la ciencia y parques tecnológicos sin funciones de innovación donde la competitividad industrial es más importante que la calidad científica. Al mismo tiempo la ciencia y la tecnología han dejado de ser elementos de un proceso de desarrollo social como no sea relativamente; pues esta ciencia se orienta a las necesidades de mercado global, por tanto de la economía, en consecuencia de los poderosos; y no hacia la solución de las necesidades y fenómenos de los muchos, los fenómenos de la humanidad. Es ciencia de mercado, es ciencia sin conciencia social.

O como Afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano 2001; la tecnología se crea en respuesta a las presiones del mercado y no a las necesidades de los pobres, que tienen escaso poder de compra . Una tendencia exacerbada que añade el riesgo inevitable de patentar el derecho propiedad intelectual, en un intento de privatizar el sector conocimiento y en consecuencia controlar el derecho, al desarrollo social y humano.

El sector conocimiento está íntimamente relacionado e influenciado por el sector educativo de tal manera que los procesos de gestión de calidad y en nuestro caso particular, nuestros Planes Académicos de Mejora Continua, son los elementos claves de formación de estudiantes calificados para generar conocimientos. Pero además de forma dinámica reconstruir y deconstruir el conocimiento genérico, disciplinar y laboral mismo, coincidentes con la Reforma Integral de la Educación Media Superior (SEP, 2008), a partir de insumos e infraestructura humana basada en formas organizativas que respondan a este proceso de manera dinámica e incentivando en los agentes educativos (docentes y discentes) la producción y adquisición de conocimiento; sin perder de vista que, el fin último de este proceso es la articulación congruente y paralela con la economía real que constituye el elemento fundamental para alcanzar y mantener el desarrollo de cualquier contexto de actuación.

También, las transformaciones tecnológicas actuales se entrelazan con las transformaciones de la mundialización y juntas crean un nuevo paradigma, la era de las redes; pero al mismo tiempo “alteran la forma de crear la tecnología, quién la crea y quién la posee, y como se hace accesible y se emplea” conformando “un nuevo mapa de innovación y difusión” . Afectan el desarrollo humano al elevar de modo directo la capacidad humana; y constituyen un medio para el crecimiento económico gracias al aumento de competitividad que generan de tal forma que desarrollo humano y tecnológico se realimentan positivamente. Pero ¿qué ocurre con aquellos que desean desarrollo humano sin tener desarrollo tecnológico?

Mientras que en la era de las redes quienes poseen desarrollo tecnológico se organiza cada vez más la producción entre actores independientes, con complejas interacciones donde se crean las cadenas de valor convirtiéndose en una nueva e importante fuerza de investigación e innovación científica, producción, transacciones electrónicas, promoción, salud y como medio para erradicar la pobreza; la pobreza permanece en su estadio de dependencia; la pobreza misma impide a los países la creación y difusión de la tecnología, así como la formación de las capacidades humanas para dominar dichas innovaciones; pues ser pobre no solo es una cuestión económica, sino también contextual, donde para acceder a este tipo de recursos tecnológicos hay que vivir en zonas con conectividad, tener tiempo, instrucción y recursos.

Conectividad para tener acceso a la información; tiempo para mantener ventajas competitivas sostenibles a partir del conocimiento producto de la información; instrucción que implica comprender lo que se sabe, pero fundamentalmente en como usa lo conocido y su capacidad para aprender cosas nuevas y recursos tangibles (físicos y financieros), intangibles (tecnología, valores, educación, cultura) y humanos (conocimientos y destrezas especializadas, capacidades de comunicación, valores y relación humana), para perfilar sus nuevas formas de competir en la sociedad del conocimiento dentro de este nuevo escenario económico (Más & Corrales, 2004).

Se puede afirmar que “el futuro de las organizaciones y de las economías está cada vez más condicionado por una buena gestión del conocimiento y una buena gestión del valor, siendo conocimiento y valor los dos principales ingredientes del capital intelectual” (Viedma Josep, 2005).

Sin embargo, de acuerdo con estudios que ha realizado el Banco Mundial en el año 2005 ha establecido un índice de la economía del conocimiento donde México ocupa el lugar número 45 con un indicador de 5.35 de índice de economía del conocimiento (IEC) y de 5.82 de índice de conocimiento (IC) (World, KEI and KI Indexes, 2008); la misma fuente pero en el año 2007 ocupa el lugar 59, con un indicador de 5.35 de IEC y de 5.29 de IC (World, KEI and KI Indexes b, 2008).

Se han perdido 14 posiciones; mientras que en los primeros lugares se ubican: Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia y Holanda; y en los últimos, países como Etiopía, Sierra leona, Singapur, Bosnia, Herzegovina y Haití.

El Banco Mundial se basa en 4 elementos para medir el índice de la economía del conocimiento: 1) el incentivo económico y régimen institucional, 2) el sistema de la innovación, 3) educación y recursos humanos y 4) tecnologías de la información y la comunicación. Tres de sus elementos han descendido a excepción del último, las tecnologías de la información que se han incrementado de 5.58 a 5.95 en el período 2005 – 2007; lo que hace prevalecer las interrogantes: ¿Realmente se están aplicando las premisas de la información y el conocimiento? Y ¿Cuál es nuestro pronóstico sobre nuestra posición frente al Banco Mundial en el 2008? (World, Knowledge assesment methodology, 2008).

Pero habíamos dejado de lado la parte de la agenda pública; las políticas que concurren al logro de este desarrollo donde los resultados del IEC reiteran la amplia desigualdad que impera en educación desarrollo, ciencia y tecnología, e infraestructura de tecnologías de la información y comunicación (TIC) que requieren ser considerados en la construcción de la agenda pública. La metodología empleada por la “Fundación Este País” se basa en 20 variables en cinco dimensiones que son: Desempeño económico, marco institucional y orientación al exterior, sistema de innovación dinámico, educación y recursos humanos calificados e infraestructura de TIC´s. Desde esta evaluación más específica el IEC de nuestro país es de 3.644 puntos en una escala del 0 al 10. Las entidades que obtuvieron mejor ubicación son el Distrito Federal, Nuevo León y Baja California Sur con 5.7, 4.6 y 4.5 puntos respectivamente; en sentido contrario estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas obtuvieron 2.4, 2.3 y 2.2 respetivamente.

Los resultados son consecuencia de la fuerte centralización de recursos, infraestructura y oportunidades de desarrollo vinculados a la economía del conocimiento, pues mientras cinco entidades federativas concentran el 64.6 del total de investigadores inscritos al Sistema Nacional de Investigadores (SIN), 13 entidades federativas cuentan con menos de 100 investigadores inscritos al SNI (Erick, 2008). Una de las conclusiones obtenidas es que se hace necesario posicionar como unidades de análisis y desarrollo de la Economía del Conocimiento a las zonas metropolitanas; pero ¿Qué ocurrirá con los que vivimos en zonas centimetropolitanas o milimetricopolitanas?

Es aquí el momento de comenzar a hablar de nuestro tema; la socioconstrución de redes sociales como una necesidad posible que tribute, desde la economía del conocimiento a la economía de la realidad.

CONSTRUCCIÓN DE REDES SOCIALES PARA UNA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO

¿Porqué una red?; porque requiere enlazar ideas, propuestas, acciones, coincidencias y realimentarlas dinámicamente; ¿porqué social?, porque es la persona, el sujeto social quien constituye el activo estratégico de todo tipo de entidades (aunque en muchos casos no se sepa cómo ponerlos en valor).

¿Porqué una red social para una economía del conocimiento?; porque si compartimos desde la economía tradicional $100.00 entre diez personas, todos tendríamos diez pesos, pero alguien habrá perdido noventa, mientras que si compartimos 10 conocimientos, todos se habrán enriquecido potencialmente, y nadie habrá perdido nada de su conocimiento; es decir, todos podríamos tener 9 conocimientos más y la pérdida de conocimiento sería igual a 0.

¿Cómo se reparte y comparte el conocimiento?; considerando su naturaleza, el conocimiento solo puede ser explicito y tácito; diseñar un vivero es fundamentalmente una modelación por tanto es un conocimiento explícito; pero el cómo podar o realizar un injerto con condiciones de viabilidad productiva es un conocimiento tácito, donde quien lo usa no siempre es consciente de la forma en que lo usa ni porque así lo hace; de tal forma que el conocimiento explícito puede ser transcrito a un documento constituido como información; al ser la información el cimiento del conocimiento, puede ser compartido; sin perder de vista que lo que realmente vale es lo que está en el cerebro de la persona y no en el estante, en la computadora o en Internet. Lamentablemente no puede hacerse lo mismo con el conocimiento tácito pues siempre quedarán lagunas interpretativas que limitan la posibilidad de modelarlo totalmente; sin embargo, es indudable que ambos coexisten, aún ante la invisibilidad del conocimiento tácito. Pero también es importante  saber que la gestión del conocimiento no es lineal, y que requiere de permanente actualización (Rivero, 2008).

Pero entonces ¿Cómo cambiamos nuestra percepción de una economía postindustrial a una de economía del conocimiento?; simple, considerando como materia prima la explotación de la información y del conocimiento para el mejor aprovechamiento de los recursos; el valor agregado al capital humano como fuente poseedora y generadora de ideas donde proponer no es simplemente opinar, sino actuar en consecuencia; la construcción de la infraestructura física como polo de atracción de talentos y la infraestructura tecnológica en la tecnificación de los procesos transversales de la información. Lo tácito dependerá de su cada quien con su cada cual; pues es asimismo dependiente del ambiente de colaboración; de ahí la importancia del aprendizaje colaborativo para el conocimiento co - elaborado, básicamente consiste en compartir la experiencia.

¿Cómo hacer del conocimiento, un conocimiento innovador?; considerando sus elementos básicos: Apertura y participación en redes cada vez más amplias, con colaboración entre iguales, con trabajo multidisciplinario, intentando cerrar las brechas tecnológicas y cognitivas y, contrastarlo permanentemente con el ambiente global.

Pero en el conocimiento como en la mayoría de las cosas debe haber niveles; ¿Cómo sé en qué nivel cognitivo me encuentro?; los niveles cognitivos tiene diferentes formas de determinarse; la mayoría depende de nuestro modelo de pensamiento, por tanto la forma más sencilla de comprender en qué nivel estoy debe hacerse desde las respuestas a las preguntas básicas de la filosofía:
  • ¿Qué?: Conocimiento factual, de datos, de información.
  • ¿Cómo?: Reconocimiento de las habilidades y destrezas necesarias para convertirlo en hecho.
  • ¿Cuándo?: Ubicarse en el tiempo de aplicación cognitiva, cuando sea necesario.
  • ¿Porque?: Conocimiento del mundo natural, de la sociedad y la conducta humana.
  • ¿Quién?: Conocimiento de las relaciones sociales y humanas.
  • ¿Dónde?: Conocimiento de las relaciones contextuales, geográfico – espaciales.
  • ¿Para qué?: Determinación de líneas de acción, metas y fines de ese conocimiento contrastado con el plano global.
¿Qué limitaría la construcción de una red social?: La falta de capacidad de gestión y de cultura relacional y colaborativa que caracteriza a los nuevos emprendedores, las lagunas del sistema educativo y la pobreza de sus redes sociales y comerciales que son vitales en toda empresa.

¿Pero qué es finalmente una red social?: Un sitio comprendido como red social (social network site) se representa en forma de uno o varios grafos en el cual los nodos representan usuarios y las aristas relaciones entre ellos. Por el carácter de su relación se dividen en: diádicas, que indica presencia o ausencia de relación; valoradas, en la cual se puede medir la cantidad de la relación; transitivas, donde la relación es bidireccional y recíproca; y dirigidas, donde no siempre existe transitividad.

¿Cuándo se originaron?: Su origen se remonta a 1995 cuando Randy Conrads crea un sitio para intercambio académico llamado classmates.com, desarrollándose a partir de esta experiencia en el 2002 con círculos de amigos en comunidades virtuales y en el 2003 nacen los que los jóvenes han considerado los mejores lugares para interactuar como MySpace, Sónico, Facebook y Hi5 (2).

¿Cómo operan?: Estas herramientas informáticas operan en el ámbito de las 3C´s; comunicación, comunidad y cooperación. Las más destacadas de habla hispana son: Networking activo, para empresarios y emprendedores; Neurona, que involucra 50 sectores productivos y más de 100 comunidades profesionales; Tuenti, para jóvenes estudiantes de diferentes niveles; eConozco, para el desarrollo de carreras profesionales; Cielo, una de las redes más completas; Dejaboo.net, para actividades literarias, musicales o de cine; Qdamos, para buscar pareja; Festuc.com, basada en celulares (móviles); Linkara, para relaciones de amistad; Gazzag, profesional y de contactos personales y GenteNotable como una red de encuentros (3). Las redes más utilizadas en la actualidad por jóvenes de entre 15 a 18 años son aquellas que permiten compartir principalmente fotografías, así como enlaces de interés común.

¿Hay alguna investigación en proceso?: Si, pero no les diré donde....

El objetivo general es conocer cuáles son las redes más utilizadas; así como validar las ventajas y riesgos de las redes sociales como ejes transversales de la educación.

¿Qué han hecho hasta ahora?: En un primer momento se efectuó un monitoreo del lugar que ocupan estos sitios especializados a través de la Compañía de Información WEB “Alexa” (“Alexa” WEB Information Company) que evalúa el comportamiento del tránsito entre usuarios de este tipo de servicios; y, en sus objetivos particulares: la velocidad de conexión, enlaces a otros recursos disponibles; así como el tipo y cantidad de información compartida, promedio global de usuarios registrados y el rango global.

¿Cuál es el objetivo de este trabajo?: El objetivo específico en proceso será validar este tipo de recursos con un carácter crítico sobre sus ventajas y riesgos como eje transversal al proceso educativo con la finalidad de caracterizar su influencia; así como los riesgos de su utilización; tipo y cantidad de información compartida, posibilidad de intrusión, mensajes y recursos indeseados ante la interrogante científica fundamental de conocer cuáles son los intereses que los atraen a los estudiantes hacia este tipo de recursos.

¿Qué resultados se han obtenido?: El rango de accesibilidad de las redes sociales más utilizadas en nuestro país (México) en los últimos 6 meses y hasta el 19 de Septiembre de 2008 las ubica en diferentes posiciones.

Estos resultados solo son rebasados con recursos de amplia cobertura como los navegadores Yahoo que ocupa el 1er. Lugar y Google que ocupa el 2º.; YouTube, sitio especializado en compartir videos que ocupa el 3o. y Windows Live que ocupa el 4º.

Las redes que se encuentran por encima del promedio son Facebook, MySpace, Blooger y Hi5; en relación a enlaces MySpace y Blooger y, los de mayor velocidad Blooger, FaceBook y MySpace.
Concluyendo que no existe una relación directa entre el lugar que ocupa, la cantidad de enlaces y la velocidad de estos recursos.

Las redes en relación al promedio global que tienen mayor cantidad de usuarios registrados son MySpace y FaceBook y su posición a nivel mundial son los lugares 33 para la segunda y 67 en la primera. Tampoco existe relación directa entre la cantidad de usuarios registrados y el lugar que ocupan a nivel global.

CONCLUSIONES

¿Qué conclusiones se pueden considerar en este momento?:
 
Las nuevas tecnologías y su inserción en el ambiente áulico plantea nuevas ventajas y riesgos donde las redes sociales son un recurso no siempre evitable y presente, el proyecto en desarrollo intenta validar su influencia en él. Sin embargo en esta primera aproximación al fenómeno tecno - social se observa que, aún no existen suficientes estudios al respecto.

Las redes sociales utilizadas actualmente muy pocas tienen la finalidad de realizar investigación; por tanto, poco aportan para el desarrollo en lo general y menos al desarrollo humano en lo particular.

Para compartir conocimiento es necesario crear, socioconstruir nuestras propias redes sociales de conocimiento y como eje de desempeño la investigación para el desarrollo de valor social.

Sin perder de vista que estamos entrando apenas como sociedad a una Economía del conocimiento.

La aparición de nuevos sectores productivos, la globalización y con ella el desarrollo tecnológico conlleva son fenómenos de dependencia económica inevitables; al mismo tiempo, los efectos de los sistemas de información y la comunicación sobre esta actividad económica, donde ciencia, tecnología e innovación juegan un papel central para el desarrollo, hacen a esta actividad ahora dependiente de cualidades cognitivas distribuidas; la economía del conocimiento.

Las metas actuales requieren demarcar las trayectorias colectivas que nos permitan ocupar un lugar digno en la nueva sociedad y para la economía del conocimiento.

En condiciones de información completa la productividad es máxima y, el conocimiento es el nuevo insumo de la creación de valor.

En la economía del conocimiento, la paradoja del valor consiste en gestionar dos entornos: El tecnológico, que permite formalizar, identificar y distribuir el conocimiento formalizado; y el social, que permita el desarrollo de los procesos que solamente se dan en entornos de confianza. Dado que los procesos sociales tienen un flujo recíproco tendiente al equilibrio, quien no comparta en el futuro, no será competitivo. El dilema no está en compartir o no compartir, que no admite discusión, sino en que compartir; éste es el problema.

El sector conocimiento, sobre el de servicios, se ha convertido en la nueva premisa para el desarrollo en la nueva economía.

Se  plantea como propuesta (donde proponer no es simplemente opinar sino actuar en consecuencia), una propuesta real; tenemos, contamos, es evidente, el privilegio de tener ya, aquí y ahora los elementos de la investigación (estudiantes y docentes ) para el desarrollo con base en la sustentabilidad en su apartado teórico de desarrollo humano sustentable; es decir, ya tenemos el componente social; tenemos extraordinaria información explícita y tácita, producto del trabajo de todos; tenemos ya la información con calidad competitiva; solo nos falta tejer la red, apretar los nudos que la consoliden; solo falta el medio para su comunicación; se ha propuesto de facto el potencial de la Plataforma Moodle para este fin; Páginas WEB, sus Foros de discusión; su plataforma Moodle y sus Blogs de estudiantes investigadores para compartir en coincidencia estos fines. Esta es nuestra propuesta funcional y real. Esto quiere decir, que ya contamos también con el componente tecnológico.

Solo nos falta enriquecerla al compartirnos….. y continuar…. colectiva y colaborativamente, su socioconstrucción.

BIBLIOGRAFÍA
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D´ EAG/12/2008