Imágen tomada de Mono Sapiens de José Hernández: http://www.monerohernandez.com.mx/MONOSAPIENS/SERPIENTES/Serpientes%20y%20escaleras.html
Lo cuadrado de un círculo político
Los unos,... y los otros...
Se mueve entre dos mundos, serpientes y escaleras; escarbando dilemas, en tumbas o trincheras.
Posee sus cuatro lados, con centro y periferia; el centro es ciudadano; periferia es mercado.
Pero para iniciar este trágico juego, hay que subir jugando para descender luego; la serpiente es Estado, su poder y política; la escalera es el pueblo, democracia y Estado.
Lo cuadrado del círculo se pierde en sus fronteras; el triangulo por tanto, es líneas paralelas, que no se juntan nunca, sin pueblo y sus quimeras.
El triángulo es un principe, arquitecto, y el pueblo; sus lineas paralelas divergen convergencias... omite coincidencias... impide comunión...
Su avance horizontal es el juego azaroso, pero de un pueblo ideal, no un pueblo temeroso; para alcanzar la meta, hay que seguir jugando el juego de la muerte.... o el juego del encanto.
La magia de su voz, no es solo melodía; es signo, es la sonrisa, incidencia e impacto.
Es un conjunto de ángeles cuyo vuelo respiras; abrigo de esperanza, caliente sin hogueras, que cantan sus ayeres, sus vidas verdaderas,... siempre con permanentes todavías...
Hay que seguir jugando, el juego ciudadano; no para descender, sino ascender... actuando.
Las líneas paralelas se deben de cruzar, para engendrar... el cambio... una es la sociedad, la otra, es el gobierno... con cruces paralelos. Cada línea es muy fina, es filo de navaja; el dilema es muy simple, o avanzas... o te rajas.
Y para concluir (entre asumir una posición filosófica, paradigmática o epistemológica); me quedo con la versión Chamanesca, por su autenticidad... nativa... mortaja de consuelo... enSabinada...
Ciudadanía con nombre de mujer, mujer dinámica y activa; mujer espíritu, mujer luna, constelación huarache,... brisa, rocio, alba, crepúsculo que brota... armonía instrumental... girasol en el reino de la muerte... nopal con labios rojos...
Círculo de poder con nombre de hombre, cópulas esfumadas, cabrones y pastores, piedra acuosa de sol, corazón de tabaco, gritos de humos de aquello, lástima de mí... cositas santas, masticando amargos, lagrimas borrachas, charlas de otro mundo, cristos pitufinos, niños santos,... impureza nuestra...
Política azarosa del uno al seis posible, que un dado puntualiza en su esférico tránsito con sus cuadrados lados, oscilando en amores de viuda pretendida, condiciones borrachas, muertes enfermas, machetes asesinos, destino decidido, sabiduría que cura con el lenguaje de los niños santos, veladas de desvelos, duda que se intepreta, sustos del monte y del camino, zoofilia del espíritu en el amanecer, espiritus enfermos, pies hervidos, relavado el beso, moribundos expuestos al mundo, fuegos manipulados, digestión curativa de vórtices en vértigos interminables, caminos de verdad, rastros del mal, consciencia limpia, sin cólera y mentira, cunas de arena y orillas peligrosas... incongruencia consciente...
Política imperfecta con caminos inciertos, velas acurrucando sueños, calentando las hamacas de suelo, aves desnudas con vientre marsupial pariendo un cielo sin levantar el vuelo, trinidad encantada, frentes surcadas por la vida, hombres de caza y sombra, estrellas mamposteras, piedras de fogón compartido, mujer de agua salada, ojeras divinas, gargantas enfermas, espiral de silencios, pieles sampetrinas, de fuerza y de valor, de complice y contagio, prisioneros del miedo, del miedo recurrente, camina sin caminos, el santo exponencial, o el poder de la muerte, rostros y sombras nulos, nulos y ensimismados, de soledad ausente... ausente de otredad...
Mientras que la serpiente,... asciende la escalera... por no saber decir:
Yo, soy... nosotros...